viernes, 7 de noviembre de 2008

FRUSTACIÓN EN PERSONA

No hace falta ir demasiado lejos a veces para encontrarte ante un muro. No cualquier muro, es exactamente la pared que delimita tus límites como persona. Un muro que en el momento que lo sobrepasas te encuentras al peor aliado. La frustación.

En efecto. Es uno de los sentimientos más confusos, tristes, angustiosos que una persona pueda sentir. En ocasiones, es una frustación momentánea al ver tu incapacidad de conseguir o ser algo. Otras muchas, es algo más duradero que te influye de tal manera que no deja que seas tu mismo. Parece que todo se vuelve contra ti. Te sientes como un enano frente a una gran ciudad. Todo es grandioso, menos tú. Todo es valioso, menos tú. Todo sigue adelante con cierta o aparente facilidad, menos tú. Todo tiene una variedad de colores, menos tú. Todo sigue adelante, todo, todo, todo.... ¿y tú?

La frustación. Esa ansia por conseguir aquello que más empeño le pones y no consigues ni tan siquiera una mínima parte. No logras lo que más necesitas. No obtienes lo que ansías o se te escapa de las manos sin darte cuenta. ¿Lo peor? Cuando no puedes evitar una gran frustación y ves como todo fluye sin ti, sin tus cualidades y objetivos. Cuando no puedes llegar más allá. Cuando no te deja ser tu mismo. Cuando se posiciona en tu rutina. Cuando te esconde.

¿Para qué luchar? ¿Para sufrir o para vencer? Quien sabe. Nadie lo sabe. Nadie te puede reprochar nadie. Absolutamente NADIE.

La frustación, algo que nos acecha por sorpresa en ocasiones...

No hay comentarios: