jueves, 7 de mayo de 2009

GRAZIE MILLE, 15 AÑOS

Exactamente siete días son los que albergan en mí, la experiencia, el día, sin lugar a dudas, más feliz de mi vida. Siete días separan mi máxima felicidad a un estado totalmente diferente del ser humano. Es curioso ver la transición anímica de una persona. Hace una semana brotaba una fuerza inmensa en mi interior que me hacía verme capaz de luchar con las olas más altas jamás vistas. Sin embargo, esas olas parece ser que me han ahogada de tal forma que, inesperadamente, me veo sumergida en esas aguas que no llevan a ningún lugar.

Y pensar que hace una semana, con ella estuve en un sofá blanco, con grandes cojines, con un café sin aroma alguno, con esa olor que desprendían las velas perfumadas a vainilla, con esa alfombra sutilmente suave y acogedora, con esa tele en silencio de fondo que iluminaba a dos personas que se volvieron a encontrar. Porque el destino les volvió a unir. Antes, en ocasiones también, pero ésta, sin duda, fue una de las más especiales.

Ella sin saberlo, la estaba esperando con su 'pc' rosa, mientras enviaba unos emails. Al cruzar por esa puerta noté que ella no sabía a que me disponía. Un sueño cumplido. La entrevista fue más allá. No se quedó en unas simples preguntas y respuestas. Las dos, únicamente las dos (y ahora tú...por nuestro momento en un bar de Gracia...) sabíamos nuestro secreto. Un secreto que tan solo la música es capaz de gritarlo a los cuatro vientos sin que nadie se de cuenta de nada. Nadie. Absolutamente nadie (hasta entonces) sabía lo que unía a dos personas aparentemente distintas.

Un sofá que jamás se me olvidará. Un gesto. Un abrazo. Dos exclusivas. Otro abrazo. Comprensión. Ánimos. Nervios. Maquillaje. Foto. Tacones. Peinado. Momento espejo... Charlas inútiles. Charlas serias. Sonrisas y...lágrimas de felicidad. Porque hasta sabía la ilusión, el sueño que era para mí. Porque se acordaba. Porque lo sintió. Porque fue mágico el encuentro. Porque nadie ni nada lo puede comparar tal cual mi corazón lo sintió.

Sigo creyendo que el amor más sincero sólo existe en sus letras, en su música... pero la fuerza entre las personas existe. Las casualidades aún más. Porque si uno cree en algo, parece ser que algún día alguien, está destinado a hacer que eso se cumpla, y que una persona sienta y roce la éxtasis de la felicidad. Esa sensación que alberga un solo cuerpo por unos días, por unos meses... Aunque tarde o temprano desvanece y te das cuenta que una vez conseguido sigues igual o peor.

Amo sus letras, malditas son. Amo su melodía, es igual que yo. Siento su mensaje, ese soy yo...

Porque nunca, nunca, nunca, olvidaré ese 30 de abril a las 18.30 horas. Esa entrada en el lugar donde me estabas esperando sin saber que era yo...tu cara, tu sorpresa y la mía... Quedará en mí, pese a que nadie, o casi nadie, entienda la importancia de ese momento, de ese encuentro, de que el destino quisiera que después de 15 años (11 años para nosotras...) un sueño se hiciese realidad.

Gracias, gracias destino*

'Y si nadie consiguió poder comprenderte,si que te entiendo yo...

Si dudas tú poder vivir recogeré tu incertidumbre, te enseñaré a sonreír, tus lágrimas se irán...

Buscar un día más...por eso estoy aquí' (grazzie mille)