martes, 24 de junio de 2008

UNO MÁS

Una vida está llena de muchas personas, situaciones, sentimientos y momentos concretos. Sería imposible resumir la vida de uno mismo en unas pocas líneas. Es complicado descifrar todas las situaciones vividas en una "larga" vida. Cada año aporta algo, tanto bueno como malo como diferente. Hay años mejores que otros, momentos para olvidar, momentos para recordar, momentos para revivir.

A lo largo de mis 23 años, considero que una de las fuentes fundamentales en mi día a día, han sido todas las personas que he llegado a conocer. Unas que aún siguen a mi lado, otras que no, y sé que muchas que quedan por llegar. Es bonito vivir y sembrar los cimientos de nuevas amistades, ver como encuentras a personas que realmente las puedes llegar a querer como si fueran amistades de toda la vida. Ver como están a tu lado, te escuchan, te comprenden, te hablan, y sobre todo, te quieren. También es bonito echar la vista atrás y ver como esa persona que te apoya lo ha hecho siempre.

Aunque es duro comprobar que en este sendero de los años vividos, hay personas que se han quedado fuera, personas que ocupaban un gran lugar han "desaparecido" como las hojas de un árbol en la época de otoño. Quizá vuelvan, quizá no. Mientras tanto, los buenos recuerdos (o no) perduran en algún lugar escondido de mi mente, de mi alma y de mi corazón.

Recordar las peores rachas, las peores épocas del pasado hacen resurgir las lágrimas más silenciosas y dolorosas que mis mejillas han tenido que soportar en mi vida. Esas épocas en las que la oscuridad, la apatía, el sollozo, la angustia, la incomprensión y el odio, invadían mi día a día. Como el sufrimiento se hizo dueño de mi propia persona, de mis actos. Me hubiera sido imposible esbozar cualquiera de estas líneas... Pero la madurez es el factor que te hace cambiar y seguir adelante, aunque también, lo hacen los de tu alrededor. Aquellas personas que tal vez parezcan invisibles o pasen desapercibidas pero que siempre, siempre, siempre permanecen en el mismo lugar. Ocupan ese sitio donde acabo acudiendo a pesar de mi orgullo en ocasiones

Es triste cumplir años cuando ves que tu vida aún no está encarrilada, como ves que tus más allegados lo hacen pero tú no. Piensas que aún no es tu momento. Que tiene que llegar (porque llegará....o eso espero). Que en algún lugar encontrarás tu real hogar (fuera de aquí). Que alguien alberga tu alma gemela, aquella persona que te entregará su mitad de corazón para amarte toda la vida (aunque suene a canción de Laura Pausini, espero se haga realidad). Quiero amar y ser amada. Quiero trabajar y ser apreciada. Quiero ser libre y ser respetada. Quiero ser feliz y que se comparta mi felicidad con mi gente.

No puedo expresar como me siento puesto que son tantos recuerdos, tantas personas, tantas emociones y sentimientos que un día como el de hoy inundan mi persona, que no puedo soportar mi propia presión. Esa presión que yo misma me planteo, me obligo a tenerla. Porque no es de mis días favoritos. Aunque en el futuro espero poder querer más este día, ya que nunca lo he querido y creo que no lo conseguiré.

Quiero soñar con ese día...

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