miércoles, 4 de junio de 2008

CAMBIEN DE DIAL

Un "periodista", "locutor" o difusor de injurias y calumnias versus un alcalde, no cualquiera, Gallardón.

Un combate (los tribunales), unos espectadores en primera línea de "lucha" (Acebes, Zaplana y...sí, ahí estaba, Aguirre).

Ha sido curiosa las imágenes que hemos visto estos días por televisión de ambos personajes sentados, frente a un juez. La razón: las palabras de Losantos en la COPE acusando a Gallardón de no sentir la muerte de los atentados del 11M (simplemente patético).

"Farsante, estorbo y alcaldín" así lo definía en su espacio matinal, Losantos. Para todos los lectores, advierto que no es raro ir escuchando a Losantos y adquirir conocimientos, sí, pero únicamente del argot de los insultos. Únicamente, tonterías sin sentido, sin argumentos fundamentales y coherentes. Únicamente está el "señor" Losantos frente a su micro y solo ante el peligro, es decir, solo ante el mundo.

Un micro, un personaje, porque si este es mi espacio para escribir y ese es su espacio para hablar, ¡viva la libertad de expresión recogida en el artículo 20 de la Constitución Española!

Si este "señor" malmete contra todos, y en esta ocasión contra Gallardón, yo no lo voy a hacer porque ponerse a la misma altura que individuos despreciables, maleducados, intratables y no profesionales, no vale la pena. Simplemente me apetecía dejar constancia de en que tipo de espacios radiofónicos la Conferencia Episcopal invierte "su dinero". En que personas lo confían y prestan su imagen, porque señores, no nos engañemos, basta ya de depositar la culpa en una voz, en una persona, cuando es una de las marionetas más detestables de este país. Losantos, ese muñeco que cada mañana entra por los estudios de la COPE y va con el guión bajo el brazo y su café, todo contento y satisfecho de malmeter a diario contra alguien. Para que posteriormente, millones de personas le escuchen y el triple le critiquen, para que unos cuantos o muchos, quieran destituirlo y algunos más, intenten cerrar dicha emisora. Señores, basta de ingenuidad. Ni mucho menos estoy defendiendo a este impresentable que de santo tiene NADA. Simplemente, quiero dejar ver claramente sin pretensión de nada, que realmente detrás de este tipejo se esconden personas que manejan la situación, quienes realmente permiten, por no decir, disfrutan de este espacio de Losantos.

Como futura periodista me da una especie de entre asco y pena de dejar un espacio supuestamente, informativo en mano y voz de alguien que hace todo menos informar. Que enseña el insulto más barato y asqueroso de la historia del periodismo, que se dedica a buscar víctimas (sea del partido que sea, Losantos aclárate un poquito ya hombre...) y sacudir ante ellos una lista interminable de mentiras que ni él se las cree.

Algún día me gustaría escuchar palabras sabias con argumentos y con verdadera información. Para ello, cambien de dial.

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