viernes, 8 de febrero de 2008

PRIMERA SEMANA

Viernes. La luz parece haber entrado por la ventana ya. Parece empezar a iluminar todos aquellos espacios más oscuros. Empieza a dar luz propia a todos esos pensamientos más amargos, más oscuros, más fatales, más irreales... La luz empieza a venir en forma de ilusión. En forma de deseo. En forma de motivación. En forma de esfuerzo. En forma de luchar. En forma de cansancio. En forma de querer conseguir aquello denegado por ahora. En forma de ganas de lograr los sueños.

Al fin, llegó el micro y con él mi satisfacción crece. Comparto dos horas a la semana con él, pero para mi son mis DOS HORAS (con mayúsculas sí, el comentario se lo merece). Son mis horas para poder expresar lo que quiero. Para poder locutar para la gente que me oye. Para poder sentirme un poquito más realizada. Para poder palpar con las frágiles puntas de todos mis deseos ese sueño. Esas horas nadie me las puede compensar con nada. Son mis horas.

La semana está transcurriendo curiosamente. Lo que empezó siendo una "fustración" lleno de decepciones, desmotivaciones... a partir del segundo día (Martes) mi visión empezó a cambiar. Empecé a sufrir por aprender algo nuevo. Invertí horas y horas para hacer una simple cosa que luego no valió pero lo intenté de nuevo y dio sus frutos. Esta semana ha sido como la subida de una montaña. Una montaña que creía no podría ni pisar y ahora estoy en ella. Una montaña difícil de escalar pero que almenos me estoy equipando con el mejor vestuario de montaña posible. Intento observar, analizar, escuchar, preguntar, trabajar, escribir, pensar, comparar.... Y sobre todo intento no desilusionarme.

Ha sido una semana inolvidable por muchas cosas. Por muchos momentos y sobre todo por muchas personas que he conocido. Personas que llevo admirando hace años. Personas que ahora son compañeros míos de mesa. Personas que realmente quiero aprender de ellos y ellos, se ofrecen a ayudarme. No me lo creo. Hay segundos que pienso que no estoy viviendo esto. Pero luego vuelvo a la realidad y así es. Son personas humildes (algunas....) que se ofrecen a dejar por unos segundos su trabajo y comprenderme. Aconsejarme, guiarme por el mejor camino. Son personas admirables. Grandes periodistas...

Ha sido una semana para recordar. Sé que no olvidaré mi primer "hola" al entrar a la redacción. Que no podré olvidar nunca cuando vi a periodistas que admiro al lado mío. Hay cosas que la mente debe guardar. Esta semana, es una de esas cosas.

Espero poder seguir recordando muchas semanas más.

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