viernes, 5 de octubre de 2007

Apariencias engañosas

Las apariencias engañan.No te dejes guiar por la primera impresión.No es lo que aparenta.
Tópicos,frases hechas ya instauradas en nuestro lenguaje.Cada día las utilizamos porque cada día conocemos gente nueva.Cada día nos cruzamos a lo largo de la jornada con cientos de personas. Vamos en el tren y nos fijamos en los demás (y ellos en nosotros),vamos por la calle y más gente aún,vamos al trabajo y lo mismo, a estudiar (ídem) etc etc etc
Vemos.Opinamos.Catalogamos.¿En qué nos basamos? ¿En la ropa?¿En el peinado?¿En los zapatos?¿En el bolso?¿En el diario que lleva en su mano?¿En la mirada?... ¿En qué? Frente a una persona tremendamente guapa,nuestro pensamiento es superfluo,no va más allá de: "Que guapo/a es, seguro que tiene pareja,seguro que siempre está rodeado de gente, que afortunado/a,seguro,seguro,seguro...". Ante una persona menos agraciada físicamente pensamos: "Fijo que tiene la carrera ya acabada porque seguro que no tiene vida social".
Es triste comprobar (no siempre,repito, no soy partidaria de las generalizaciones,es más, las odio cada día más. Algún día escribiré sobre ello) como estos pensamientos son cada vez más extendidos entre la población de todas las edades. Es cruel. Es injusto. Es imperdonable. Ojalá lleguen los días en los que la gente no se guíe por la apariencia externa de las personas. Ojalá lleguemos a esos días en los que la gente no se tiene por qué preocupar en exceso por su aspecto (ya sea ropa, ya sea físico, ya sea lo que sea). Ojalá reine la tolerancia, el respeto y el saber estar ante toda clase de personas. Reivindico desde mi pequeño lugar (pero no por ello inferior) que no nos sigamos (y me incluyo yo claro está) guiando tanto por la apariencia. Que tras una faz se esconde un alma. Un alma humano que contiene grandes tesoros,grandes historias,grandes secretos, y sobre todo grandes personas...
Como afirmaba la escritora francesa del S.XIX, George Sand: "La belleza exterior no es más que el encanto de un instante. La apariencia del cuerpo no siempre es el reflejo del alma."

1 comentario:

Anónimo dijo...

Érase una vez una chica con una camiseta rosa. Otra chica, con su camiseta gris, la miraba. No con recelo, ni envidia, simplemente, de manera indiferente. Tal vez fue un "hola" o "¿me dejas los apuntes?", pero sin duda fue el principio de algo muy grande. Dejó a un lado los prejuicios y descubrió que aquella chica de la camiseta rosa no era tan diferente a ella... o a lo mejor sí. Pero no era tan diferente a ella en lo esencial. Conoció a una gran persona que, de haberse fiado por las apariencias, hubiese perdido para siempre, cometiendo así un gran error.

F I N


=) buen fin de semana!