Días de lluvia. Conozco a personas que le encanta ver como llueve, que le gusta escuchar las gotas caer en la ventana, que le gusta la esencia, ese olor característico de la lluvia. Hay gente que es afán a estos días. Que le ayudan, que le motivan. Para mi son los peores días. La lluvia, la odio (te odio lluvia). He llegado a la conclusión que puedo hablar a la lluvia como si de una persona fuera.
Digo una persona pero sería más acertado asignarle "una mala persona". Te odio lluvia por muchos motivos. Odio que le des la espalda al sol, a esa luz que erradia y que me hace ver las cosas más claras. Odio que tapes las ideas más claras. Odio que traigas en cada una de tus gotas recuerdos y personas que no tienes que ni molestarte en hacerlo. Odio que vengas cuando menos te necesito, cuando menos pienso en ti, cuando menos me haces falta, cuando peor estoy. Odio que te presentes así como si de una amiga se tratase, recuerda que te odio.
Pero esta lluvia me ha traído algo más. Una sorpresa. Algo impensable. Me lo traíste, yo lo miré y empezó mi martirio personal. Mi cabeza va a mil, y la única culpable eres tú, lluvia, TE ODIO.
Recuerda al menos una cosa, cada vez que vuelvas a llorar gotas de lluvia, yo estaré ahí recogiéndome en pedazos.
TE ODIO, lluvia.
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